
Con Mapplethorpe, el CAC Málaga reincide en su inclinación por los grandes nombres del arte contemporáneo. Como sus contemporáneos Warhol o Basquiat (también presentes en el CAC a través de la reciente donación de Carmen Riera), en el caso de Mapplethorpe vida y obra se solapan. Su intensa biografía queda filtrada en sus creaciones y sirve para ensanchar la visión de sus creaciones. Ahí está, por ejemplo, el retrato de Patti Smith, compañera y musa del fotógrafo en la década de los 70. O las impactantes series de desnudos masculinos con las que Mapplethorpe se abanderó la visibilidad del colectivo homosexual. Imágenes de un erotismo rayano con lo pornográfico, escenas que no admitieron los biempensantes de la época. Pese a todo, sus desnudos, sus retratos y sus flores le abrieron las puertas del Parnaso artístico con exposiciones en el Centro Georges Pompidou de París, el Whitney Museum de Nueva York o el ICA londinense.
Muestra viajera
Una nómina a la que ahora se une el CAC Málaga. Además, el centro malagueño no sólo programa, sino que también produce un montaje que ya ha pasado por el Museo Els Baluards de Palma de Mallorca y por las galerías TR3 y Narodna de Ljubljiana (Eslovenia). Además, en los títulos de crédito del proyecto también figura la Robert Mapplethorpe Fundation, la institución creada por el artista como antes de su muerte para conservar su legado y promover la investigación contra el VIH, la enfermedad que le costó la vida hace ahora veinte años. De ese centro proceden todas las piezas que se podrán ver en el CAC Málaga hasta el 15 de noviembre.
Instantáneas todas en blanco y negro, imágenes, de amigos, de amantes, de él mismo. Retratos de personas que en su cámara dejan de ser personas para convertirse en objetos, en una suerte de barro que Mappelthorpe pretendía moldear con la luz, la sombra y el juego de volúmenes. La tarea de un pintor, de un escultor, que Mapplethorpe quiso llevar al papel satinado. ¿Por qué? Él mismo responde: «Me dediqué a la fotografía porque se me antojó como el vehículo perfecto para ilustrar la locura del mundo actual». No hay más que abrir un periódico.
0 comentarios: